De la cocina a la maceta
“Nada se pierde, todo se transforma”
Desde hace tiempo se viene hablando de las virtudes del compost y de lo bueno y fácil que resulta separar los residuos húmedos y transformar basura en tierra fértil. Entonces, la pregunta es: si es tan bueno y fácil, ¿por qué no lo hace mucha más gente?
Empecemos por definir de qué hablamos:
El compost es un abono natural que se forma por la descomposición de materia orgánica, hecha por bacterias, hongos o lombrices. Es muy rico en nutrientes como nitrógeno, fósforo y azufre, y tiene muchas enzimas y bacterias benéficas para el suelo. Tiene color marrón oscuro y el olor y aspecto de la tierra fértil de los bosques.
Las composteras son los recipientes donde se hace el proceso y pueden tener cualquier dimensión, desde una pequeña caja o tacho para colocar en un rincón de la cocina o en el balcón hasta una cuna comercial de producción intensiva. La basura se tira por la parte superior y el humus se saca por abajo. No hay malos olores y no hay peligro de contaminación porque las bacterias o las lombrices no salen del recipiente.
“De la tierra vino, a la tierra debe regresar”
¿Por qué compostar?
Como consumidores, sentimos la responsabilidad de elegir alimentos sanos para nuestra alimentación, aceptamos o rechazamos opciones y hasta experimentamos con la cocina. Cada vez son más comunes los grupos y los cursos de huertas urbanas, algo impensado hace un tiempo para una ciudad como Buenos Aires. Pero no tenemos la misma actitud hacia la basura que generamos; la sacamos de nuestra casa, alguien anónimo se la lleva y nos quita el problema de encima. Cuando separamos lo reciclable, la basura orgánica parece poca en comparación y sentimos que ya colaboramos con la ecología.
Pero no es poca la basura que tiramos. Se calcula que cada día producimos medio kilo de residuos orgánicos por persona, que quedan encerrados en bolsas plásticas junto con otros desechos reciclables que se ensucian y se pierden. Estos millones de bolsas se llevan en camiones recolectores hasta rellenos sanitarios o basurales y contaminan el aire, el agua y el suelo. Sin darnos cuenta, cada vez que sacamos la basura estamos descartando una gran cantidad de comida que, ya transformada en una compostera, serviría para abonar nuestras plantas en macetas, huertas y jardines, además de hacernos responsables por nuestros residuos.
Beneficios de compostar
- Reduce y recicla residuos orgánicos.
- Reduce la contaminación del aire y los problemas sanitarios derivados de los basurales y de la quema de residuos.
- Reduce la necesidad de espacio en los rellenos sanitarios.
- Mejora la aireación y el drenaje de la tierra y la capacidad de retención de agua del suelo.
- Estimula el crecimiento de las plantas y el rendimiento de las huertas.
- Evita la necesidad de comprar o conseguir tierra y fertilizantes químicos.
Una vez tomada la decisión, es momento de elegir el tipo de compostera, según el lugar que se disponga y si se va a hacer un compost en frío con microorganismos o si se van a agregar lombrices para acelerar el proceso. En este último caso, es preferible usar lombrices californianas porque son las mejor adaptadas a vivir en grandes concentraciones, se multiplican muy rápido y son muy voraces.
Existen muchos modelos comerciales de composteras hechos de distintos materiales, diseños y tamaños. Si la idea es evitar costos, hay muchos modelos caseros que se pueden armar fácilmente, desde las más sencillas con baldes o los tachos blancos que descartan en las heladerías (ver nota hecha a Joy Sapoznik en Revista OhLaLa.com), hasta los cajones de cerveza o de lácteos apilados, que pueden ubicarse en un lavadero o balcón sin problemas. Un modelo que se encuentra en muchos tutoriales es el bidón de 200 litros, al que se le hacen algunas perforaciones y una ventana en la parte de abajo. Con más lugar también se pueden hacer con pallets o armar cajas con otras maderas que se dispongan, o hacer un cubo con ladrillos. Si se tiene jardín, se puede hacer la pila directamente en un rincón que no tenga demasiado sol y tapar con tela mosquitera para evitar insectos y roedores.
¿Qué podemos usar?
Residuos de cocina | Residuos de plantas |
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Algunas claves
- Es muy importante dejar orificios o espacios de ventilación, para permitir el proceso.
- Siempre se debe colocar un recipiente abajo de todo para retirar el lixiviado, que es el líquido que se produce por la descomposición y que sirve también como fertilizante, diluido en agua.
- No conviene poner cítricos en exceso.
- Se debe intercalar el material seco con el húmedo. Si está demasiado seco no se descompone y si está demasiado húmedo produce olor.
- No se pueden usar materiales no degradables (plásticos, vidrio, metales), maderas tratadas, corchos, restos de carne, huesos, grasas ni excrementos.
¿Cómo aprovechar el compost?
Las plantas absorben mucho mejor los nutrientes del compost que los fertilizantes químicos, porque la degradación de materia orgánica y su reciclado en nuevas plantas es parte del ciclo natural. El suelo se enriquece y las plantas crecen y florecen mejor, dan más frutos y son más resistentes a las enfermedades. El compost siempre se mezcla con la tierra porque aporta demasiados nutrientes por sí mismo y no tiene una estructura suficiente como para sostener un enraizamiento.
Algunas mezclas que se recomiendan son las siguientes:
- Para maceteros conviene diluir 1 parte de compost en 3 partes de tierra.
- Para almácigos, aplicar 1 parte de compost por una parte igual de tierra.
- Para flores y huertas, mezclar 2 kilos de compost por m2, incorporándolo a la tierra.
- Para arbustos se puede colocar una capa de 2 a 4 cm de compost sobre el suelo en primavera.
- Para árboles, colocar el compost sobre el suelo en una capa de hasta 5 cm rodeando el árbol.
El lixiviado, o sea, el líquido que se forma a partir del compost, se mezcla con agua en proporción de 1 parte de líquido por 10 de agua y conviene rociar la tierra y también las hojas, cada 15 o 20 días todo el año. Aplicado a semillas asegura su germinación casi totalmente. No tiene ninguna toxicidad, y en el caso de huertas, las plantas rociadas se pueden comer el mismo día.
En la naturaleza, la basura no existe: el ciclo de la vida determina que el residuo de una especie es el recurso de otra. Los humanos quebramos constantemente ese ciclo virtuoso, porque estamos desconectados del medio ambiente. Compostar, entonces, es una inversión y también una devolución.
Autora
Constanza Bassano
maria luciana paredero
septiembre 14, 2019 @ 8:01 pm
excelente, muy clara y precisa la informacion !
El Brote Urbano
enero 13, 2020 @ 10:46 pm
Gracias!
liliana
marzo 30, 2020 @ 3:36 pm
muy bueno, te consulto los fósforos quemados se pueden incorporar al compost?
Joy – El Brote Urbano
junio 13, 2020 @ 4:48 pm
Si, se pueden!
Candela
abril 1, 2020 @ 3:24 am
Hola! Se puede utilizar como compostera una maceta? Y para el líquido exedente, habría que poner abajo del tacho algo que lo retenga? Gracias!
Joy – El Brote Urbano
junio 13, 2020 @ 4:47 pm
Si, se puede! Podes poner una bandeja de maceta
Lohrena
julio 14, 2020 @ 10:26 pm
Hola! Me va a servir muchisimo esta información, gracias!! 😊 una duda: se puede usar una lata (grande de como 2lt) para usarla de compostera?
Joy - El Brote Urbano
julio 26, 2020 @ 6:20 am
Te recomiendo algo más grande, al menos de 10 litros.
Lohrena
julio 16, 2020 @ 3:00 am
Hola jeje cuánto tiempo tarda en hacerse el compost sin ayuda de lombrices? O son indispensables las lombrices? :0
Joy - El Brote Urbano
julio 26, 2020 @ 6:19 am
Hola! 3 meses en verano, 6 en invierno aproximadamente pero depende de varias condiciones. Las lombrices no son indispensables.