Una flor en mi plato
El uso de flores para cocinar puede parecer un esnobismo de los últimos tiempos, pero en sí no es ninguna novedad: desde la Edad Antigua se conocen sus propiedades culinarias. Las flores de los naranjos amargos eran un condimento común en el siglo VIII, además del agua de azahar que se usa en repostería desde aquellas épocas.
En nuestra dieta habitual tenemos algunas flores, aunque no lo parecen: alcaucil, coliflor, brócoli, y las especias clavo de olor y azafrán; pero existe una variedad enorme que podemos consumir. Además de agregar belleza y sabor a la comida, son muy ricas en nutrientes, como vitaminas A, las del grupo B, C, E, calcio, hierro, azufre, bioflavonoides y antioxidantes.
Las flores pueden usarse como adorno en el plato, como guarnición, en infusiones, mermeladas, postres, formando parte de ensaladas o cocidas de diferentes formas. La calidad de una flor depende de su apariencia, color, tersura y aroma. Se deben agregar en una justa medida, porque las que son muy perfumadas pueden alterar el sabor del resto de los ingredientes.
Algunas de las flores comestibles son:
Almendro, amapola, anís, azafrán, azahar (especialmente los de naranjos amargos), begonia, borraja, caléndula, capuchina, clavel, crisantemo, durillo, gardenia, girasol, jazmín, kalanchoe, lavanda, lila, malva, orquídea, pasiflora, pensamiento, rosa, rosa china (hibisco), saúco, flor de Sechuán, tagete, trompetilla, tulipán y violeta. Todas las flores de la familia allium (puerros, cebollas, ajo, ciboulette) y de la cucurbitaceae (zapallos y zapallitos) son comestibles. Las flores de todas las hierbas aromáticas también son comestibles, y también se pueden usar sus hojas cuando están en floración.
Animarse a cocinar con flores
¿Por qué cocinar con flores? Por la diversión de probar algo original, por aprovechar más todavía nuestra huerta, por sentir perfumes y sabores diferentes o ¡simplemente por ver la reacción de los invitados a comer! Todos tenemos alguna flor preferida. Si está en la lista de las comestibles, es cuestión de animarse a probar, buscar recetas y empezar.
Para leer más y empezar a cocinar:
– El sabor de las flores, Iker Erauzkin (2005), Editorial Océano Ámbar.
– http://petryknorberto.blogspot.com.ar/2011/01/flores-comestibles.html